- Oración inicial: Tiempo de adviento.
Tiempo de Adviento,
Tiempo de espera.
Dios que se acerca,
Dios que ya llega.
Esperanza del pueblo,
la vida nueva.
El Reino nace,
don y tarea.
Te cantamos Padre bueno
a la esperanza.
Con María, ayúdanos Señor,
a vivir generosos en la entrega,
a ofrecer nuestra vida como ella,
a escuchar tu Palabra en todo tiempo,
a practicar sin descanso el Evangelio,
ayúdanos a vivir solidarios con los que sufren,
con quienes hoy como ayer
en Belén no tienen lugar.
Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con los pastores de Belén,
ayúdanos señor
a vivir la Vigilia de tu Reino,
a correr presurosos a tu encuentro,
a descubrir tu Rostro en medio del pueblo,
a no quedarnos "dormidos" en
la construcción del mundo nuevo.
Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con los ángeles de Belén,
ayúdanos Señor,
a cantar al mundo entero tu Presencia,
¡ Dios-está-con-nosotros !
Construyamos la paz entre los hombres,
Edifiquemos la Justicia entre los pueblos.
Te cantamos Padre Bueno
a la esperanza.
Con Jesús niño-Dios,
ayudanos Señor,
a abrigar la esperanza que nace en cada
Adviento,
a escuchar los clamores de tu pueblo,
a regar con nuestras vidas
la semilla de tu Reino,
a ser Mensajeros de tu Amor,
a construir comunidades de servicio y oración.
Navidad, fiesta del hombre.
Navidad, fiesta de Dios.
Queremos ser tus Testigos,
danos la fuerza Señor.
- Primer momento: Revisión de vida.
El pesebre se diferencia de cualquier otro lugar en que es un espacio ABIERTO. Si queremos que nuestro corazón sea el pesebre en el que Jesús pueda nacer en esta Navidad, debemos mirar a nuestro interior y ver cómo estamos para recibirlo.
¿qué cosas tengo guardadas en mi corazón (buenas y malas) para ofrecer como pesebre al Jesús que nace en unos dias?
Reflexión: “Ámame como eres”
El próximo 25 es mi cumpleaños.
Quiero invitarte a mi fiesta. Quiero encontrarme contigo, compartir, gozar de tu compañía. Desde que “planté mi carpa” entre ustedes, no ceso de invitar a todos a la gran fiesta de mi reino.
¡Vení a mi fiesta!
No seas de aquellos que siempre encuentran excusas para no venir: los negocios, el cansancio, la falta de tiempo… Mi fiesta no será la misma si faltás vos. Te extraño. Te necesito. Necesito tu amor. ¿No te animás? ¿Creés que ha pasado mucho tiempo sin vernos? ¿Hay cosas en tu vida que pueden no agradarme? No te inquietes por nada.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Conozco tus angustias. Conozco tu fragilidad. Conozco tus debilidades. Si para amarme esperas a ser santo, no me amarías nunca.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Conozco tus tribulaciones. Conozco tus combates. Conozco tus faltas… Si para amarme esperas a ser perfecto, no me amarías nunca.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Conozco tus desalientos. Conozco tus flaquezas. Conozco tus pecados… Si para amarme esperas a ser bueno, no me amarías nunca.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Amo el amor de los imperfectos. Soy yo quien “hace salir el sol sobre los malos y buenos y caer la lluvia sobre justos e injustos”. Amo de vos lo poco que tenés.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Quiero que desde tu pobreza se eleve continuamente este grito: ¡Señor, te amo! Es el canto del corazón que mas me agrada.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
Quiero elevarte desde el fondo de tu imperfección y verte crecer en el amor. Pero acuérdate: te amo como sos. Deja amarte. Pensá: ¿Quién sos vos y quien soy yo? Y ya ves, me tenés en la puerta de tu corazón como un mendigo. Llamo y espero. Apurate a abrirme.
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
¿Ves por qué te invito a mi fiesta aunque no seas santo, ni perfecto, ni bueno? ¡Porque te amo! ¿Te acordás de la pecadora que lloró sobre mis pies en casa de Simón? “Mucho se le perdonó porque amó mucho”
¡Vení a mi fiesta! ¡Amame como sos!
No esperes a ser santo, ni perfecto, ni bueno… Amame como sos, porque “a nadie que venga a mi, yo lo rechazaré”.
Entonces si, a mi lado, te volverás bueno; desearás ser perfecto y suspirarás por ser santo.
- Segundo momento: Adoración al niño Jesús.
Jesús viene en esta Navidad a traer luz a nuestras vidas, quiere entrar en nuestros corazones y cambiar nuestro existir, darnos vida nueva. Nos trae luz a todas esas oscuridades que a veces guardamos en nuestro corazón, para que podamos nacer de nuevo en Él.
Canción: Nacé de nuevo – Pablo Osow
Como cierre de esta revisión, les proponemos pensar a qué me llama Dios en esta Navidad, siguiendo lo que decía Ema ayer de que no somos nosotros quienes debemos meter a Dios en nuestros proyectos sino que Dios nos incluye en su gran proyecto y nos llama a algo en especial a cada uno en esta Navidad. Pensemos en eso y escribamos un pequeño compromiso personal que podamos ofrecer como regalo al niño Jesús que ya nace.
Oración al Niño Jesús:
Señor Jesús,
Niño Dios de Belén,
¡Bienvenido a nuestro hogar!
Estamos alegres de tenerte aquí
En medio de nosotros.
¡Gracias Jesús
Porque no te cansas de amarnos!
Tu amor nos reúne en comunidad
y queremos vivir tu amor entre nosotros;
comprendernos, perdonarnos, ayudarnos.
Te ofrecemos este nuestro grupo
para que vivas y crezcas aquí,
en medio nuestro.
Te entregamos nuestra comunidad, Señor,
para que sea testimonio de tu Evangelio.
Quédate con nosotros, Jesús,
y haremos de este espacio, una Navidad permanente
donde todos puedan encontrarte. Amén